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7. NECESITO PLANTAR UN PINO

Llevo unas semanas que tengo ganas de campo, y no solamente para ir a asar chuletas.

 

Si no para respirar más puro,

es como que necesito ahora mismo perderme entre árboles, mirar al horizonte, asombrarme con el poder de la naturaleza, de lo puro,

 

¿SABES QUÉ?

 

lo mismo es que me estoy haciendo viejo.

 

La semana pasada me levanté y de forma natural  (cosa que nunca me había pasado) el cuerpo me pidió ver en la televisión algo relacionado con la naturaleza, puse la 2 (por lo que sea ese día en Telecinco no había documentales o programas que dieran paz) y pude empezar el día como el body me pedía.

 

Creo que fueron tres días seguidos con esa sensación:

 

El PRIMER DÍA era un documental de animales, el típico que habla de la selva, de sus leyes internas, de la relación del león con la leona, de la vida tranquila de los hipopótamos hasta que se lía la gresca, la vida del hipopótamo es como esos días que sales por la tarde a tomar café, y de una te ves a las seis de la mañana pidiendo “Yo quiero bailar de Sonia y Selena” al Dj de la discoteca, es como que todo pasa muy rápido y sin darte cuenta, te ves almorzando a las ocho en un bar, como el hipopótamo se ve evitando mordiscos.

 

El SEGUNDO DÍA el programa era de pueblos, concretamente creo que era un viaje por Italia, pueblos de la comarca de Florencia, de sus costumbres, sus gentes, sus colores, quizás esto último fue lo que más me resaltó, los colores rojizos en los atardeceres, los reflejos dorados, me recordó a mi tierra: La Mancha.

 

El TERCER DÍA me llevaron al monte, concretamente al navarro, era una caminata en la que hablaban mucho de plantas, del tipo de árboles, estuvieron explicando setas, y luego terminaron cocinando en medio del monte, con producto local, un guiso que aunque eran las ocho de la mañana me abrió las hambres.

 

Para remate acabo de ver un documental en prime vídeo que se llama “Del estrés a la felicidad” y que habla de la importancia de la naturaleza para estar en paz, pues eso, que me hago viejo.

 

Este verano estuve visitando I

                                        S

                                          L

                                            A

                                              N

                                                D

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y creo que ha sido el mayor canto a la naturaleza que han visto mis ojos, cuando no había una cascada, había un cráter, cuando no una laguna, cuando no un valle, cuando no… que no, que no pongo más cuando no, ups otro, y es verdad que sus sonidos, sus colores, sus aromas… son inigualables,

 

juraría que ni la Inteligencia Artificial va a conseguir algo tan perfecto (comentario totalmente sarcástico, por si no pillas “el tonito” con el que lo escribo).

 

Quizás por muchos adornos que le pongamos a la vida: ropa, coche, ordenador, casa, trabajo, móvil, etc. Llega un momento en el que el cuerpo te pide conectar con lo único que es igualmente cien por cien puro como el, la naturaleza.

 

Es como ese niño que puede estar bien con quien sea, y rodeado de muchos estímulos, pero al que se le ilumina la cara de una manera única al ver a su madre tras media hora sin verla.

 

LA NATURALEZA ES SAVIA